En 1982, la familia Bonarelli abrió las puertas de Pizzarelli, que se convirtió en poco tiempo en una de las pizzas favoritas de los niños de Naco.
Poco más de cuarenta años después es, sin dudas, una de las marcas gastronómicas más reconocidas del país, sinónimo de calidad, innovación y éxito empresarial.
