El boom del cacao dominicano en los mercados globales está generando un efecto dominó en la economía local: mayor ingreso para las familias rurales, dinamización de las cooperativas agroindustriales y crecimiento en las reservas internacionales por vía de exportaciones sostenidas.
El Banco Central reportó que solo entre enero y mayo de 2025, el sector cacaotero aportó más de USD $180 millones al balance comercial del país, representando un crecimiento interanual del 27 %. Esta dinámica ha beneficiado a más de 45,000 familias que dependen directamente de este cultivo.
El impacto social también es evidente: en regiones como Duarte y María Trinidad Sánchez, comunidades antes deprimidas muestran mejoras en infraestructura, educación y servicios, gracias a proyectos financiados por fondos obtenidos de la exportación del cacao.
Además, con el respaldo de entidades como el BID y la FAO, se han iniciado programas para aumentar la productividad sin sacrificar la biodiversidad ni la calidad del suelo. “El cacao es hoy más que una materia prima: es un símbolo de resiliencia económica y sostenibilidad ambiental”, declaró el ministro de Agricultura, Limber Cruz.
